Los estudiantes constantemente una gran cantidad de información. Todo ese contenido proviene de fuentes diversas, por lo tanto, es necesario que frente a tanta información los jóvenes desarrollen un pensamiento crítico.
¿Por qué es esencial que los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico? Les brinda herramientas para diferenciar argumentos y tomar mejores decisiones ante los escenarios que se les presenten.
En este artículo profundizamos sobre la importancia de fomentar el pensamiento crítico. Además, planteamos buenas estrategias para desarrollarlo.
¿Qué es el pensamiento crítico?
Se refiere a la capacidad para identificar, conceptualizar, analizar y clasificar lo que acontece a nuestro alrededor. Es un modo de pensar que fomenta el juicio autorregulado ante la información que se recibe.
El pensamiento crítico fomenta el juicio auto regulado de todo lo que acontece a nuestro alrededor.
Un pensador crítico es capaz de discernir, formular preguntas con claridad y exponer sus opiniones.
Pero, no solo tiene capacidad de argumentar sus juicios, también reconoce sus sesgos personales y está dispuesto a retractarse de ser necesario.
La importancia de desarrollar el pensamiento crítico en los jóvenes
Actualmente, muchos colegios mantienen métodos de enseñanza que se basan en la transferencia de información de profesor a alumno.
Este método funcionaba bien hasta hace más de una década, cuando se creía que el conocimiento solo era transmitido por los docentes.
Sin embargo, todo cambió con el avance de las nuevas tecnologías. Hoy en día, la información que recibimos todos proviene de distintas fuentes, diferentes dispositivos, plataformas y en grandes cantidades.
Pero eso no es lo único, actualmente la inmediatez con la que accedemos a los contenidos es increíble y abrumadora al mismo tiempo.
Ante la proliferación de información es necesario aprender a filtrar los contenidos a través de un pensamiento crítico.
Hoy en día, basta con pulsar un click para obtener cualquier tipo de información. Esta dinámica, sin duda, ha sido positiva y está a la altura de un mundo moderno que nos detiene.
No obstante, es necesario aprender a filtrar toda esa información para elegir la que realmente nos sea útil; la mejor forma de hacerlo es desarrollando un pensamiento crítico.
Llevado al aula, cuando los estudiantes aplican un pensamiento crítico son capaces de:
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Identificar y definir un problema.
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Plantear las preguntas necesarias para una investigación.
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Planificar actividades enfocadas a obtener la solución de un problema.
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Obtener y analizar datos que realmente sean útiles.
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Manejar las emociones de forma efectiva ante el entorno.
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Tomar decisiones lógicas y prácticas para resolver un problema.
Estrategias para desarrollarlo
Estimular el debate y el diálogo
Sin importar el tema que se aborde en clases, arte, ciencias, matemáticas. Explora el punto de vista de tus alumnos, desarrolla preguntas que estimulen la discusión y la participación.
Invítalos a cuestionarse a sí mismos y a que reflexionen sobre el tema para que puedan desarrollar sus propias experiencias.
Utilizar la metodología “aprender haciendo”
Esta metodología no forma parte de los sistemas de aprendizaje tradicionales, pero es efectiva para formar un pensamiento crítico. Se le conoce como hands on learning o aprender haciendo.
El método hands on learning o aprender haciendo es uno de los más efectivos para desarrollar el pensamiento crítico.
Esta herramienta consiste en el aprendizaje basado en experiencias y estímulos neurológicos. Es decir, obedece a las formas naturales en que el ser humano adquiere nuevos conocimientos.
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo de esta metodología:
Un niño golpea una pelota en un juego de béisbol por primera vez. Si consigue impactarla su cerebro lo percibe como algo positivo gracias a la dopamina (sustancia asociada a las sensaciones placenteras).
Este sistema de estímulos positivos aumenta las probabilidades de que el niño se sienta motivado. La motivación lo invita a seguir explorando otras habilidades con la pelota en busca de una nueva satisfacción o recompensa.
Por otro lado, ¿qué ocurre si el niño falla al golpear la pelota? El error puede activar un mecanismo de corrección para ajustar y mejorar los movimientos hasta lograr el objetivo.
La producción de estos neurotransmisores, activados mediante diferentes experiencias, impulsa la adaptación del comportamiento personal y potencia el pensamiento crítico.
Fomentar la autonomía
Este punto va más allá de respetar el espacio de los estudiantes. Pasa por permitirles hacer todo por ellos mismos, siempre que esto no represente un peligro para su integridad y bienestar.
Como su docente y tutor, solo debes ofrecerles alternativas ante un problema. Luego debes dejarlos reflexionar sobre sus elecciones y las consecuencias que éstas tendrán.
En Intellectus fomentamos el pensamiento crítico
En Intellectus fomentamos el pensamiento crítico mediante novedosas herramientas de capacitación para jóvenes y niños. Contamos con innovadores sistemas educativos como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
El ABP es una metodología en la que el docente diseña actividades y define objetivos. Luego es responsabilidad del estudiante descifrar un problema específico y resolverlo por sí mismo.
A través de esta dinámica y amena estrategia se fomenta la motivación y la curiosidad del alumno. Por lo tanto, se logra estimular tanto el pensamiento crítico, como la comunicación efectiva y el trabajo en equipo.
Conclusión
El éxito de la educación depende de las estrategias empleadas para enseñar a los alumnos a pensar por sí mismos. El mundo moderno exige la implementación de sistemas de aprendizaje innovadores y efectivos.
Dentro de estos sistemas se debe tener en cuenta la forma en la que hoy nuestros jóvenes experimentan y adquieren conocimientos.
La metodología en que el profesor era el eje del conocimiento ya no es el factor predominante para fomentar el pensamiento crítico.
En Intellectus, a través de una docencia eficiente y comprometida, garantizamos el desarrollo de habilidades y el logro de objetivos.
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